lunes, 6 de junio de 2011

contradicciones que te recuerdan que es la hora

Es curioso pensar que la casa de uno es un concepto más emocional que tangible, es una cuestión de sentimiento, no un espacio que podamos poseer ni definir. Como desde pequeños nos educamos en dibujos de pared rectangular y tejado triangular (todo ello en 2D) la idea necesita una ubicación espacial, aunque quizá no unas fronteras definidas. En mi caso, vivo la aparente contradicción de que mi casa no es el lugar en el que vivo. De hecho, cae a unos 500 km de Madrid, en una aldea de los Picos de Europa: Bejes; y por la misma definición de casa, ni siquiera me puedo quedar con las paredes del albergue o los límites del pueblo, mi casa sólo tiene la frontera de mis sensaciones, de las que siento cuando estoy allí ... por eso necesito ir de vez en cuando, a cargar energía. Lo hice el finde pasado, estuve en casa para hacer un intermedio en la temporada salvaje que me estoy enchufando, recargué pilas y vuelta al ritmo habitual. Como paso intermedio (más abajo veréis hacia qué (no lo sabía del todo ni yo)), este sábado me planté en Cabezón De La Sal, como hace 2 semanas, para correr los 10.000 Del Soplao, sí, como hace 2 semanas, pero esta vez era para la cicloturista de 220 km; lo mejor del día, sin duda, recuperar piernas de bici (yo me entiendo), rodar por una zona que me encanta y por la que tanto entreno (sobre todo en verano) y rehacer los últimos 4 km de la carrera de hace 2 semanas ... esta vez iba en bici, pero el buen rollo seguía estando ahí, y hasta parecía que mi sombra seguía sonriendo, así que todo a pedir de boca. Sin embargo, hablando de contradicciones, lo más llamativo no fue lo del sábado, sino lo de hoy, lo del día de descanso activo en el que me he ido a correr a la Playa de Oyambre para soltarme un rato después de la carga de ayer; he parado en el punto de encontrarme cómodo y nada cansado, ese runrún que te deja el nervio dentro hasta la siguiente ocasión; y me he descalzado, he metido las piernas en el agua del Cantábrico (fría, claro) me ha dado por mirar hacia el este, y en ese momento me he dado cuenta de que en mi inconsciencia, estaba poniéndome en la situación en la que me encontraré el próximo sábado en Zarautz: estaré en la playa de Getaria, tendré un número pintado en brazos y piernas, llevaré gorro, gafas de nadar, neopreno, y debajo el integral de triatlón, porque después de los 2,5-3 km que me separarán a nado de la playa de Zarautz (sí, la que estará allí, al este), todavía me quedarán 80 y algo de bici y 20 km de carrera a pie ... siempre que llegue a esa playa, esa que miraré hacia el este, antes del cierre de control una hora después de la salida. Sólo hoy, en un momento de relax, he sido realmente consciente de que en 6 días me enfrento al gran reto del año. La paz contra la presión. Mi apariencia calmada contra todo lo que tendré que explotar desde dentro para cruzar la meta sonriendo.

4 comentarios:

  1. Zarautz no es reto para ti...
    Es otro paso más para hacerte un Berrako más grande.

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  2. Voy a utilizar mis influencias para que te haga bueno en Getaria...

    :D

    (estoy bastante impresionada con tu temporada)

    besos,
    K

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  3. Eres un crack amigo
    Me ha dado mucha envidia lo de este fin de semana, pero aún no estoy preparado, jaja, para el próximo año
    Suerte en Zarautz

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  4. ¡¡¡gracias a todos los que estáis ahí!!! ... y Kika, acepto artes varias, hechizos e influencias de cualquier origen para que la mar no esté muy cabreada el sábado (que eso en el Cantábrico ya es un lujo) ... lo demás ya lo pongo yo

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