miércoles, 2 de octubre de 2013

visto en una aldea de montaña

ojos enfrentados, brillo con noventa años de distancia, saludos que no necesitan moverse, conversación en silencio

La anciana le cuenta a la niña lo que aprendió, lo que cree que le resta por ver hasta que se apague. Parpadea. La pequeña se distrae, busca, atiende al aire, a una hoja, a la música que tararea su cabecita recordando qué le cantaba su padre hace un rato. Y vuelve a cruzar su mirada con la anciana, caminan al encuentro moviendo pies en la ilusión, dibujan versos con los dedos y convienen encontrarse de nuevo donde la inocencia hable a la vieja bebé otra mañana cualquiera.