jueves, 27 de septiembre de 2012

horas viejas

Las que quedan y el lunes habrán volado, las descontadas para terminar de gritar la rabia guardada durante un año, contenida para no reventar. El domingo entre Panes y Potes me daré el gustazo de dejar que mi cuerpo decida cómo quiere terminar de correr esta temporada, la de hacerlo todo a la vez, la de robar tiempo para hacer algo que se pareciera a un entrenamiento, la de tener siempre en la cabeza las 10 siguientes cosas que quedaran por hacer y todas las demás en las que no hubiera caído. Voy a correr sin entrenamiento, pero eso a estas alturas da lo mismo, sólo importa celebrar que ya no hay un reloj dentro de mi cabeza contando el tiempo de una mirada, un paso, un chasquido de dedos, un bostezo o cinco palabras para terminar un párrafo. Entre ir a muerte y trotar contemplando el paisaje caben diez mil matices, y el que se me antoje estará bien para despedirme de la sensación de llevar piernas de corcho cada vez que me ponía las zapatillas, nadaba o salía a rodar en bici durante los últimos 12 meses ... ni que contar las ganas que tengo de darle una patada a los triatlones sin chispa, sin cambio de velocidad.

Y el lunes cambia la historia, horas nuevas, toca empezar a planear locuras. Se aceptan sugerencias para añadir a lo casi fijo: será raro que no corra el tri de Bilbao y el de Garai, podría quitarme la espinita de la hipotermia del Ecotrimad, y habrá que descubrir algún otro nuevo o acordarse de lo que son la Irati, la QH y alguna maratón; mientras tanto, soñar es gratis y tienta volver a Holanda a correr la Amstel, a los Alpes a La Marmotte, rodar de una vez en Los Dolomitas, inventar cualquier imposible ... y de premio el Ultra Trail de Picos de Europa a final de julio.



Nos vamos a reír


domingo, 9 de septiembre de 2012

rabia en la garganta

como si me hubieran tirado dentro un cigarro a medio apagar

lija

igual que anoche al dormir
cenizas inocentes pegadas a mi garganta

pedaleando rampas, los pulmones que pedían aire habían mordido humo y pavesas

tragué briznas quemadas de muerte


¡maldito!