martes, 24 de mayo de 2011

estoy Soplao


Dos dedos en la sien y el pulgar en el apoyo del pómulo. Sin darme cuenta estoy mirando al mismo lugar en que me quedé heñado hace una semana. Sigue pintando oscuro y no sé si es la imagen que guardo en mi cabeza o e engaño de una coincidencia; sólo que ahora el hormigueo que traigo en las piernas sentado en el bus me dice que en el mismo sentido en que me sentí tan derrotado me hice más fuerte.

... jajajaja, me parto, si es que cuando me pongo trascendental soy la pera. Que no es coña, que lo del párrafo anterior lo escribí según se me vino a la cabeza el viernes en el viaje hacia Cabezón, cuando pasaba cerca de Buitrago.

Como dice Jon, tengo una pirada ... jajaja.

Venga, va, a ver si nos aclaramos:
> Definición de maratón de montaña, maratón trail o como carajo se llame esto: la torta y media de kilómetros a recorrer al estilo "tú mismo con tu mecanismo", anda, corre, usa las manos, pero bajo ningún concepto te dejes cegar por la euforiahasta el punto de gritar "¡yo esto me lo hago con la ...!" (mal, dolorosísimo, no la tienes de hierro y es insustituible).

> Especificaciones de uso si la astracanada descrita sale y llega a Cabezón de la Sal, discurre por la Sierra del Escudo y responde al nombre de Los 10.000 del Soplao: póngase usté ropa cómoda para correr, zapatillas que aguanten 46 km y no resbalen ni en el techo, bastón ligero, babero, y tenga preparados en meta tobillos y rodillas de repuesto (porsiaca).

> - Una pregunta, Sr. Cañas: ¿tenía idea de que era ése el tipo de carrera al que se había apuntado para el sábado?
- Pueeeeeeees ... no
- ¿Ergo?
- Estoooo ... yooooo ...
- Responda, carajo
- Padezco un extraño mal
- ¿Cuál cosa?
- Invierto el orden lógico: primero me apunto a las pruebas y después pienso en cómo resolverlas
- ¿Y si no sabe lo que se le viene encima?
- ¿Ah, casos de ese pelao?
- Sí
- ¿Como cuando en el desayuno del sábado te dicen que el cálculo para el primero es que llegue en 4h y media?
- Uno así
- Ahí sólo queda mandar a la mierda todos los fantasmas, y confiar en tu fuerza y en tu coco te planten lo que te planten por delante ... y a divertirse
- Suena a temerario
- Equilibrista. Con red
- ¿Y el premio es?
- 6 h y tres cuartos de salvajada, cada metro, salto, paso, cada charla, y la última bajada pindia "sobrevolando" el pueblo, con los pelos de punta y alguna lágrima de emoción, compartida con un colega, Toño, y ganada a pulso por tus patas, que se han portado a un nivel increíble, ni medio mal gesto, ni media mengua de intensidad desde la salida. Venganza cobrada. Carrera para el recuerdo y para repetirla cada año. Territorio Berrako

miércoles, 18 de mayo de 2011

hasta que mi cuerpo me paró

ésta es una historia triste, de un querer, de empujar hasta con las pestañas, para no poder

Bueno, es triste para mí, quizá el único decepcionado con todo esto.

El sábado tocaba liarse la manta a la cabeza y enchufarse un triatlonaco del carajo, como pintaba que iba a ser el Ecotrimad. Después de lo sucedido ya me da igual que la natación la hiciera más cómodo que nunca, tan controlada que no me reconocía (1 min. menos que en Lisboa), y me da igual que en la bici fuera sobrado de piernas, reservando la traca para la carrera a pie.

Da igual porque no llegué a correr.

Terminé la primera vuelta de la bici echando un ojo a la gente con la que me cruzaba, picándome para cogerles en la segunda ... todos los colegas me llevaban ventaja porque nado más lento y lié una digna de mofa en la T1: fuera el neopreno, me calzo las zapatillas de bici, casco, gafas, crema para el sol (si llego a saber la que se iba a liar ... ), salgo corriendo con la bici ... pip, pip, pip, piiiiiiip, pip ... y me freno en seco delante de la alfombra de control del chip ¡¡¡no llevo el mío!!! ... hala, pues a correr de vuelta a mi cesta y encontrármelo pegado al neopreno, jajajajajajajajaja.

Y al inicio de la segunda vuelta de bici se acaba el chispeo y me meto de lleno en la tormenta ... diluvio, granizo, el horizonte desaparece en la negritud del cabreo de los cielos, y por debajo se cuela un viento helador que me acabará destrozando. Aguanta mi cabeza, puedo mentalmente con el frío y con la impotencia que genera el viento, y trazo las curvas no sé ni cómo, entre el agua y una tiritona creciente que me hace pensar que en cualquiera me salgo recto y me hago mierda contra lo que sea ... pero qué más da, mientras haya fuerza no voy a parar, por jodida que se ponga la cosa. Con lo que no cuento es con que me ponga tan mal que sea incapaz de moverme. Llegando a la segunda presa que cruzábamos en el circuito (no recuerdo el nombre, perdonad) veo que se me están bloqueando las piernas, que ya también ellas, que deberían estar calientes por el esfuerzo, se están sacudiendo con la tiritona ... la cosa está fea, solución de urgencia: 39x25 en un llano, pasando encima de la presa, intentando evitar los calambres imparables, pero no consigo dar ni media pedalada, el mero movimiento de las piernas me las contractura desde los tobillos a la cadera ... joder, en menos de una hora de tormenta brutal me he quedado paralizado y sólo me queda un movimiento por hacer, sacar el pie del pedal antes de que se me acabe la inercia y caiga al suelo como un saco, y poder pararme por mis medios antes de que los calambres me rompan de dolor. Lo que sigue es otra hora tiritando (que ya es algo mejor que las convulsiones que me contaron que tenía cuando me paré), con calambres que amagan incluso estando quieto, maldiciendo de rabia dentro del coche de la Guardia Civil que me saca de la carretera para devolverme a Riosequillo, ese sitio que abandoné un par de horas antes con sol y calor y ahora es un campamento de triatletas rotos por el frío y cubiertos de mantas térmicas ... los derrotados de la jornada, a los que no nos consuela pensar en si hemos cometido algún error grave o es cuestión de suerte el que otros puedan seguir cuando a ti te ha parado tu cuerpo, cuando tu cabeza quería seguir

... a mí al menos no me consuela, tengo el orgullo herido, muchísimo, y reconozco dentro de mí una sensación que puede ser un arma de doble filo en los 46K del Soplao de este sábado: mis piernas tienen sed de venganza ... y esa bomba me puede hacer volar igual que puede dejarme roto en el kilómetro 17 en algún lugar de la montaña cántabra pasado de revoluciones

confiaré en mantener un punto de cordura sobre la explosión controlada que planeo para el sábado ... ya os contaré si lo consigo o no. Hasta entonces, gracias a todos por estar ahí siempre, y mis reverencias a los Berrakos que terminaron la salvajada en que se convirtió el Ecotrimad ... los demás lo intentamos dejándonos el alma, pero esta vez no fue suficiente

miércoles, 4 de mayo de 2011

102

Me levanto, son cerca de las 6, hora de desayunar, echar un ojo al tiempo de fuera (no nos conseguimos librar de la lluvia, pero a estas horas aún teníamos la esperanza) y bajar a desayunar más calmado de lo que esperaba. Vuelta a la habitación, cogemos todo lo que necesitaremos en la prueba y nos bajamos a la “transición”, ese sitio donde los volados que somos preparamos la bici, el resto de cosas que iremos usando en cada sector, y nos ponemos el neopreno para meternos en el agua y empezar este jaleo, que ya va siendo hora … se acercan las 8.

Al agua, suena una sirena y a nadar … agua salada, golpes porque no cabemos, parecemos los peces del estanque del Retiro cuando les tiran unos gusanitos y trepan unos encima de otros. Agobio, angustia, me falta aire, hasta se me cruza la idea de levantar un brazo y pedir que me saquen de ahí … pero antes de eso recuerdo que ya no soy el crío que le tenía pánico al agua, a meter la cabeza, a nadar … no, ya no soy ése, me concentro en llenar y vaciar los pulmones de aire y coger ritmo. 40 minutos, lo que había predicho el día anterior. Al final de las 2 vueltas nadando estaba tan a gusto que me dio pena terminar el sector y tener que coger la bici.

Lo hice, claro, y según daba la primera curva estaba gritando un ¡vamoooooos! que me salió del alma. La etapa de la bici guardaba sólo la sorpresa del viento y el alivio de un repecho puñetero que le daba un punto de diversión a tanto llano. 2 horas 52, y vuelta a pensar en el siguiente escollo, correr.

Salgo de la segunda transición frenando la cabeza, necesito calma para no desesperarme por tener las piernas adormiladas después de tanto pedaleo. No me siento para muchos alardes, la última vuelta al circuito de la carrera a pie se me hace un poco larga, pero al final la media maratón está hecha y 1hora 46 es un tiempo bastante aceptable para mí.

Como inicio de temporada salió genial, estaba justo de forma, lo que quería, y aun así me permití un tiempo mejor de lo pensado en el primer medio ironman de 2011 (“hombre de latón” según mi hermano; traducción brillantísima).

Lo importante al final resultó ser otra cosa, sacudirme un miedo que quiso incordiar apareciendo en el peor momento, dominarlo, crecerme y terminar el triatlón sintiéndome del carajo. Es mi victoria. Qué menos que cerrar el puño de rabia cuando cruzas la meta.

… Ecotrimad, ya te estoy esperando con el cuchillo entre los dientes.