miércoles, 4 de mayo de 2011

102

Me levanto, son cerca de las 6, hora de desayunar, echar un ojo al tiempo de fuera (no nos conseguimos librar de la lluvia, pero a estas horas aún teníamos la esperanza) y bajar a desayunar más calmado de lo que esperaba. Vuelta a la habitación, cogemos todo lo que necesitaremos en la prueba y nos bajamos a la “transición”, ese sitio donde los volados que somos preparamos la bici, el resto de cosas que iremos usando en cada sector, y nos ponemos el neopreno para meternos en el agua y empezar este jaleo, que ya va siendo hora … se acercan las 8.

Al agua, suena una sirena y a nadar … agua salada, golpes porque no cabemos, parecemos los peces del estanque del Retiro cuando les tiran unos gusanitos y trepan unos encima de otros. Agobio, angustia, me falta aire, hasta se me cruza la idea de levantar un brazo y pedir que me saquen de ahí … pero antes de eso recuerdo que ya no soy el crío que le tenía pánico al agua, a meter la cabeza, a nadar … no, ya no soy ése, me concentro en llenar y vaciar los pulmones de aire y coger ritmo. 40 minutos, lo que había predicho el día anterior. Al final de las 2 vueltas nadando estaba tan a gusto que me dio pena terminar el sector y tener que coger la bici.

Lo hice, claro, y según daba la primera curva estaba gritando un ¡vamoooooos! que me salió del alma. La etapa de la bici guardaba sólo la sorpresa del viento y el alivio de un repecho puñetero que le daba un punto de diversión a tanto llano. 2 horas 52, y vuelta a pensar en el siguiente escollo, correr.

Salgo de la segunda transición frenando la cabeza, necesito calma para no desesperarme por tener las piernas adormiladas después de tanto pedaleo. No me siento para muchos alardes, la última vuelta al circuito de la carrera a pie se me hace un poco larga, pero al final la media maratón está hecha y 1hora 46 es un tiempo bastante aceptable para mí.

Como inicio de temporada salió genial, estaba justo de forma, lo que quería, y aun así me permití un tiempo mejor de lo pensado en el primer medio ironman de 2011 (“hombre de latón” según mi hermano; traducción brillantísima).

Lo importante al final resultó ser otra cosa, sacudirme un miedo que quiso incordiar apareciendo en el peor momento, dominarlo, crecerme y terminar el triatlón sintiéndome del carajo. Es mi victoria. Qué menos que cerrar el puño de rabia cuando cruzas la meta.

… Ecotrimad, ya te estoy esperando con el cuchillo entre los dientes.







1 comentario:

  1. Eres un autentiko Berrako... vamos a tener ke ir subiendote el grado ya!!!
    ENHORABUENA

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