miércoles, 22 de junio de 2011

Collado Cámara


Ni la ropa se desgarró.


Ni yo me hice poco más que arañazos por cruzar zarzas.


Ni siquiera la tensión del momento me hizo querer olvidarlo y he vuelto a caminar por allí con la mente en varias ocasiones.


Todo quedó en una risa nerviosa, casi un grito de liberación, después de franquear los dos últimos alambres que me separaban de una pradera conocida que me resultó tan parecida a la casilla de seguro de un parchís.


Allí cambió el tiempo. Se fraccionó de un modo inhabitual, irregular, dependiente sólo del caos rítmico en el que latiera mi corazón en mi cabeza, en mis piernas, en la punta de los dedos que tenían que agarrarse a donde nunca se les hubiera ocurrido.


Ocurrió sólo por no saber frenar a tiempo una absurda necesidad (escondida en algún rincón ... tramposa) de quererme demostrar no sé qué. Inútil. ¿Para qué si no necesito medallas, y las medallas no dan vida? http://youtu.be/GMZaoIL9B5M
Nadie que me conociera supo en ese momento de hace un par de veranos que por temerario estaba tan al filo de provocar cualquier locura. http://youtu.be/MT7eqgw_ivc


Atravesando arroyos, escalando sin material, reptando pendientes que te hacen meterte tan debajo de la montaña que pierdes el collado de vista, te desorientas y ni siquiera sabes si tu camino es el bueno, o siquiera si lo había. Lo hubo, claro, si no esto sería demasiado dramático como para contarlo ... pero pasé las de Caín para salir de esa liada en la que me había metido.


Lo cuento ahora porque es posible que mañana viernes vuelva a la ruta que lleva de Tanarrio al Collado Cámara, sólo que esta vez con Miguelo como sabia compañía y conociendo las puertas de entrada y salida de aquel hayedo vertical, que dejan intactas las posibilidades de disfrutar de un lugar tan espectacular, pero evitan todo el peligro que por inconsciente corrí la primera vez; cometí demasiados errores y la montaña no siempre te los perdona.

En fin, ahora os dejo, que mi bus hacia el norte sale en media hora. Cuidaos y no hagáis las mismas tonterías que yo encadené aquel día; tuve suerte, sin más.

Buen rollo, gente, tomadlo con humor http://youtu.be/oBDmAxSFt6A

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